Douglas Marín | San José | EFE.-
Costa Rica cerró el año 2018 con un desempleo del 12 por ciento, la cifra más elevada en los últimos años y que se constituye en un indicador de alarma para una economía que se mantiene desacelerada.
El dato del cuarto trimestre de 2018 señala que el desempleo fue del 12 por ciento, 2,7 puntos porcentuales más que en el mismo periodo del 2017, y también por encima del 10,2 por ciento registrado en el tercer trimestre de ese año, según el estatal Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
La tasa de desempleo en hombres en el último trimestre de 2018 fue del 10 por ciento, mientras que en las mujeres ascendió hasta el 14,9 por ciento,
Aunque parezca paradójico, el desempleo se incrementó pero al mismo tiempo aumentó en 170.000 (4 puntos porcentuales) la cantidad de personas empleadas, lo que el Gobierno ha calificado como una muestra de que «la economía mantuvo su capacidad de generar empleo» en una «coyuntura negativa».
«El actual Gobierno trabaja para mejorar y aumentar el acceso a la educación y formación técnica. Trabajamos en crear un sistema nacional de prospección que nos permita conocer las demandas en el corto y mediano plazo de las empresas», dijo el ministro de Trabajo de Costa Rica, Steven Núñez.
Por su lado, el sector empresarial insiste en que es necesario que el Gobierno tome medidas de reactivación económica para lograr crecimiento y la generación de puestos de trabajo, comentó el presidente de la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (UCCAP), Gonzalo Delgado.
«La reforma fiscal aprobada es uno de los temas más importantes y esperamos que se reactive la economía en el segundo semestre de este año. También consideramos necesario lograr cambios que busquen la eficiencia de los funcionarios y la eficacia del Estado que permitan crear empresas, empleos y disminuir la informalidad», mencionó Delgado.
Entre las peticiones del sector empresarial para aumentar la competitividad del país y reactivar la economía se encuentran reducir trámites, bajar las tarifas eléctricas, el desarrollo de infraestructura, entre otros.
La economía costarricense viene en desaceleración desde el año 2017 y según los datos del Banco Central de Costa Rica (BCCR) cerró el 2018 con un crecimiento de apenas el 2,7 por ciento.
Las proyecciones del BCCR para 2019 son un poco más optimistas al considerar que la economía crecerá al 3,2 por ciento, aunque para 2020 volverá a desacelerarse para situarse en el 3 por ciento.
El BCCR achacó la desaceleración del 2018 a una huelga de tres meses de sectores sindicales contra la reforma tributaria que finalmente se aprobó en diciembre pasado, que afectó diversos sectores productivos como el comercio y el turismo.
Otros factores que incidieron en el bajo crecimiento fueron situaciones económicas de los mayores socios comerciales del país y la crisis sociopolítica que desde abril de 2018 vive Nicaragua, lugar de tránsito de la mayoría de las exportaciones que Costa Rica envía a Centroamérica.
Un sector de los sindicatos se ha quejado de que el Gobierno le atribuye responsabilidad en el desempleo y la desaceleración de la economía, y le ha acusado de emprender un «ataque antisindical».
«El crecimiento del desempleo se debe, por un lado, a una gran incapacidad de la gestión del sector económico del Poder Ejecutivo» y «tampoco conocemos de una estrategia de política pública hacia la potenciación del mercado interno», señaló la Asociación Nacional de Empleados Públicos (ANEP).
Aparte del desempleo, otra cifra que genera alarma en el país es la del empleo informal que alcanzó al cierre de 2018 el 44,9 por ciento de las personas que trabajan.